LIBROS. Digital y papel

La isla que fue mapa antes que novela

La familia Stevenson pasaba sus vacaciones en Braemar, en las Tierras Altas escocesas, allá por 1881. Ya se sabe, los veranos allí no son precisamente propicios para el sol y el calor, así que el entretenimiento había que buscarlo dentro de la casa veraniega.
Robert Louis, su mujer y sus dos hijastros se entretenían fabulando, creando historias y compartiéndolas. Uno de los niños, Lloyd Osbourne, basándose en una incipiente historia que estaban construyendo entre todos (una historia de piratas y barcos hundidos), dibujó con sus acuarelas el mapa de una isla. Lloyd recuerda así el momento en que su padrastro descubrió su dibujo:

…con mi nueva caja de acuarelas intenté hacer un mapa de la isla que había dibujado. Stevenson entró cuando yo lo terminaba y mostrando ese amable interés por todo que yo hacía, se apoyó sobre mi hombro, y pronto se puso a construir el mapa y darle un nombre. ¡Nunca olvidaré la emoción al ver la Isla del Esqueleto, la Colina del Catalejo, ni la emoción que sentó en mi corazón con las tres Cruces Rojas! ¡Pero la emoción fue aún mayor cuando escribió las palabras “La isla del tesoro” en la esquina superior derecha! No tardó en demostrar grandes conocimientos sobre la isla y sus habitantes —los piratas, el tesoro enterrado, o el hombre que había sido abandonado en la isla. “Oh, es como para hacer una historia sobre ello”, exclamó. “Sí, que cuente quién enterró el tesoro, o por qué se llama la Isla del Esqueleto”, respondí en un paraíso de encanto…

Treasure-island-map (1)

Mapa de una de las primeras ediciones de la novela.

El propio Robert Louis también recordaba:

De un modo parecido, mientras me detenía en el mapa de “La isla del tesoro”, empezaban a hacerse visibles entre bosques imaginarios los futuros personajes del libro. Sus rostros morenos y sus brillantes armas saltaban hacia mí desde rincones inesperados, mientras iban de aquí para allá, peleando y buscando tesoros dentro de esas escasas pulgadas del dibujo en dos dimensiones. De lo siguiente que tomé conocimiento fue que tenía unos papeles ante mí y estaba escribiendo una lista de capítulos.

Al día siguiente había escrito ya el primer capítulo y la gran novela, el clásico de la literatura, fue cogiendo cuerpo.
En un primer momento fue publicada por entregas en la revista Young Folks, entre octubre de 1881 y enero de 1882, sin demasiado éxito. Después se publicó como libro en 1883 y, entonces sí, el éxito fue inmenso.
Por cierto, el mapa que dibujó el hijastro fue enviado junto con el manuscrito al editor, que más tarde dijo haberlo perdido.
Este editor debería haber sido pasado por la quilla.

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Bibliotecas, tesoros del alma

Diodoro Sículo, también conocido como Diodoro de Sicilia, fue un historiador de la antiguedad. Nació en el siglo I a. C. en Agirio, en la provincia romana de Sicilia.

diodoroSu obra se reúne en un título llamado ‘Biblioteca Histórica’, compuesta de 40 volúmenes.

En esta obra habla de Ozymandias, un faraón del que cuenta que tenía una biblioteca adornada con estatuas de todos los dioses y con una inscripción a su entrada que decía:

Tesoro de los remedios del alma.

Nos parece que es una de las definiciones más hermosas que se hayan oído jamás sobre las bibliotecas. (más…)

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Un tocadiscos para Josefina

Fue allá por el año 1972. Josefina Manresa era ya una mujer mayor, viuda desde hacía décadas del poeta Miguel Hernández, que se nos había muerto de tuberculosis e injusticias en 1942. A su casa llegó un joven cantautor llamado Joan Manuel Serrat, para mostrarle el trabajo musical que había hecho con los poemas del difunto.

“Llegué a su casa con las canciones grabadas debajo del brazo y me dijo: ‘¿Cómo lo vamos a oír si no tengo tocadiscos?'”

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Dos islas para Robinson

Nieves Concostrina.

Nieves Concostrina.

Lo contó la periodista Nieves Concostrina en el programa La Ventana de la Cadena SER y, al escucharlo, hicimos una nota mental para traeros esta historia aquí, a nuestro apartado de #CuriosidadesLiterarias. Se trata de la historia que inspiró la novela ‘Robinson Crusoe’, de Daniel Defoe, considerado el padre de todos los novelistas ingleses.

Según parece, Defoe se inspiró en un hombre real, un tal Alexander Selkirk, un contramaestre de un barco corsario inglés que se quedó solo en una isla, aunque no fue abandonado. El caso es que tampoco se quedó por gusto… (más…)

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