Dos islas para Robinson


Nieves Concostrina.
Lo contó la periodista Nieves Concostrina en el programa La Ventana de la Cadena SER y, al escucharlo, hicimos una nota mental para traeros esta historia aquí, a nuestro apartado de #CuriosidadesLiterarias. Se trata de la historia que inspiró la novela ‘Robinson Crusoe’, de Daniel Defoe, considerado el padre de todos los novelistas ingleses.
Según parece, Defoe se inspiró en un hombre real, un tal Alexander Selkirk, un contramaestre de un barco corsario inglés que se quedó solo en una isla, aunque no fue abandonado. El caso es que tampoco se quedó por gusto…

Daniel Defoe.
Este barco corsario en el que navegaba Selkirk debía de estar en muy malas condiciones y él se negó a continuar travesía, como pretendía el capitán. Pidió que le dejaran en una isla con tal de no seguir a borde de un buque en tan pésimas condiciones de navegación. Dicho y hecho, le dejaron en la primera isla que encontraron, en la que sobrevivió pescando y también gracias a unos huertos que habían dejado muchos años antes los españoles.
Fue rescatado finalmente unos cinco años después. El barco del que se había bajado, como él se temía, naufragó y murieron todos sus ocupantes.
Hay una última anécdota con este hombre. La isla en la que él estuvo ese lustro recibió el nombre del personaje, ‘Robinson Crusoe’. Hay otra isla con el nombre de Alexander Selkirk, pero esa él no la pisó en su vida. Ambas en el Pacífico Sur, a cientos de kilómetros de las costas chilenas.