El rey profano

Al rey Alfonso X el Sabio se le recuerda por una intensa labor de promoción de la cultura y como un devoto escritor (o impulsor de otros escritores) de alabanza a la Virgen María.

Su obra más célebre (aunque hay dudas de si es toda suya) son las Cantigas de Santa María, escritas en gallego medieval. Son más de 420 composiciones en honor a la Virgen, sobre todo cantigas que cuentan sus milagros.

Pero el rey castellano también le dedicó tiempo a lo profano.

De hecho, su cancionero profano no hace ascos a versos cargados de dobles sentidos, con connotaciones groseras:

Non quer’eu donzela fea
que ant’a mia porta pea

Más o menos:

No quiero yo doncella fea
que se tire pedos delante de mi puerta

Y estos versos se leían y recitaban en la corte, para deleite escatológico de la nobleza. Y hay otros poemas con referencias a la madera, citando su longitud y su grosor… en fin, ya se ve por dónde iba el tema.
Eran las llamadas cantigas de “escarnho e mal dizer”, habituales en los trovadores gallegos de aquella época de la Edad Media. Todo esto se puede comprobar en el libro El cancionero profano de Alfonso X el Sabio, edición de Juan Paredes.