LIBROS. Digital y papel

Félix y Paco

(Foto: Félix Grande y Paco de Lucía, en 1991.
JULIÁN JAÉN.)

Félix Grande fue uno de esos hombres de muchos oficios y una vocación, la vida. Cuentan que se dedicó a la venta ambulante y fue vinatero, además de oficinista en un almacén, recitador de casino y cabrero como su abuelo, su padre y su hermano.
Con cierta ironía Félix Grande señalaba que había sido “más pastor” que Miguel Hernández aunque “menos poeta”.
Gran aficionado al flamenco, hubo un tiempo de juventud en el que se dedicó a aprender a tocar la guitarra con cierto éxito. La opción de continuar por esa senda de las seis cuerdas estaba muy presente, pero se cruzó en su camino Paco de Lucía. Se hicieron muy amigos y Paco le ayudó a mejorar… hasta que llegó el momento en que la guitarra pedía muchas horas de práctica y Félix tuvo que decidir entre seguir con la música o dedicarse a las letras.
En el blog Atico Izquierda recogen una narración del propio autor sobre este momento:

“Entonces cerré la guitarra (…) y ya no la he vuelto a tocar. Y creo que la culpa, el sentimiento de culpa que sentí al abandonar a Mesalina [el nombre que puso a su guitarra] es lo que me hizo sentarme a escribir mi primer libro sobre flamenco, y luego unos cuantos más, y esos son los libros que desde aquella derrota de no haber podido ser un buen discípulo de Paco de Lucía se ha convertido en la victoria que es esta noche. Esta noche me siento lleno de victoria, esta noche me siento lleno de una alegría, como decía Miguel Hernández, una alegría de una sola vez.”

Félix Grande escribió mucho y ganó muchos premios.
Murió el 30 de enero de 2014. Paco menos de un mes después, el 25 de febrero. Y la vida sigue, pero todo tiene un poco menos de sentido.