Ojalá no hubiera escrito ningún libro
“Ojalá no hubiera escrito ningún libro.”
Así de tajante se mostraba Lewis Carroll poco después de que se conociera públicamente que él era el autor de Las aventuras de Alicia en el País de las Maravillas (y A través del espejo y lo que Alicia encontró allí).
Este escritor, de nombre real Charles Dodgson, no deseaba la fama y verse expuesto públicamente fue algo que le molestó. Según cuentan, no concedía entrevistas y rechazaba firmar autógrafos.
La frase textual citada forma parte de una carta que escribió a una amiga, la señora Symonds, en 1891.
Esta carta, que fue subastada recientemente según se contaba en una noticia del diario ABC, también recogía estas palabras: «Toda esa clase de publicidad hace que extraños vinculen mi nombre con esos libros, me miren, me señalen y me traten como a un león». Y añadía: «Odio tanto todo eso que a veces pienso que ojalá no hubiera escrito ningún libro».
Pero ya no tuvo nada que hacer, porque hasta la propia Reina Victoria declaró que era admiradora de su obra.