LIBROS. Digital y papel

Pombo, repetidor

En una entrada anterior de este blog se escribía sobre varios autores que habían tenido problemas con sus estudios académicos.
En esta lista de estudiantes poco aplicados o con pocas oportunidades, que de todo ha habido, está Luis Goytisolo, que abandonó sus estudios universitarios sin acabar la carrera de Derecho; dicen de Federico García Lorca que tardó una eternidad en acabar sus estudios de Derecho o que Octavio Paz también abandonó Derecho, como el citado Luis Goytisolo.
Abandono escolar, forzoso o no, protagonizaron Miguel Hernández, George Bernard Shaw, Charles Dickens, William Faulkner, José Saramago, Mark Twain, H. G. Wells, Charlotte y Emily Brönte, Jack London y Maxim Gorky.
El autor Álvaro Pombo, sin llegar a abandonar sus estudios, sí que vivió un episodio en el que se le atragantaron.
En una entrevista publicada en 2018 en el diario El Mundo, contaba:
Soy un caso pedagógico interesante. Porque mientras suspendía todas, escribía cinco o seis artículos al mes en la revista de los Escolapios de Santander. No pensaba más que en la poesía y en escribir. Claro, suspendí cinco asignaturas, no me presenté en septiembre y mis padres me enviaron a Valladolid de interno con los jesuitas al año siguiente. Para que espabilara. Eran gente muy recta, con un sentido del esfuerzo y del deber muy fuerte.
Y después explicaba que en Valladolid pasó mucho frío y que los curas, que eran “muy sabios”, le “enderezaron” sin quitarle su afición a escribir, que era su “vocación fortísima”.