LIBROS. Digital y papel

Puestos a imaginar…

Uno puede imaginarse lo que es ser una educadora con una sensibilidad especial hacia los niños y niñas inmigrantes, niños y niñas de familias que llegan a España en busca de una vida mejor.
Y lo que es ocuparse de ellos, enseñarles.
Uno puede también imaginarse a esa educadora preparando material de la asignatura de ‘Valores Sociales y Cívicos’ para todos esos niños.
Y que un día llegue a sus oídos la noticia de que una simple escolar pakistaní ha plantado cara a los talibanes, que llenos de rabia le han pegado un tiro en la cabeza… del que se recupera para lanzar un mensaje de esperanza al mundo al recibir el Premio Nobel de la Paz.
Asimismo, uno también puede imaginar a esa educadora creando un programa escolar completo desde la figura de esa niña, Malala Yousafzai, proyecto en el que es ayudada por una ilustradora excepcional y una eficiente traductora.
Y que ese programa educativo, ‘El sueño de Malala’, se convierta en cuatro libros que están siendo publicados por una joven editorial.
Puestos a imaginar, uno puede hasta imaginarse a esa educadora una tarde de un mes cualquiera, pongamos junio, sentada junto a Malala en Birmingham (Inglaterra), enseñándole la obra educativa que esa misma niña ha inspirado…

Ajr-tuNNSVxqc9FWbg3TJFpeItinkbP_l7VInkc6n0ZKMalala Yousafzai.

20150618085708Ziauddin Yousafzai, Malala Yousafzai, Montse Alonso, Mercedes Alonso y Andrea Merayo.

20150618085656Malala Yousafzai, Andrea Merayo y Montse Alonso.

11011787_432570733590243_451403311779205879_nMalala Yousafzai.

20150618101037Dedicatoria de Malala.

AkU0CByelvv0fn7Rq7q-cM_RNqgl82acMkhGv-UTt61iMalala Yousafzai y Ziauddin Yousafzai.

20150618085709Malala Yousafzai.

20150618085656 (1)Malala Yousafzai y Ziauddin Yousafzai.

PD: Como esto de imaginar es gratis, también puede uno pensar que la educadora llevaría como regalo para Malala y su familia unos llaveros, unas pulseras y un álbum elaborados por los escolares a su cargo, con los que ya está trabajando este proyecto educativo. Niños y niñas que, por cierto, podríamos imaginar que estaban como locos al poder hacer todo eso sabiendo que lo iba a recibir Malala. O que Malala se pondría las pulseras de inmediato y entusiasmada.

Puestos a imaginar…