¿Una monja enamorada?
El poeta Luis Antonio de Villena publicó en el año 2002 un libro titulado Amores iguales. Antología de la poesía gay y lésbica (editorial La esfera de los libros). Entre los poemas que recoge esta obra hay un romance de sor Juana Inés de la Cruz. Sí, sí… de la monja.
De Villena y otros autores y estudiosos plantean que esta mujer nacida en tierras americanas del imperio español amaba a otra mujer.
La vida de sor Juana Inés de la Cruz provoca admiración porque, como se explica en un artículo de El País titulado El amor sin tabúes entre sor Juana Inés de la Cruz y la virreina de México, fue una niña prodigio de madre criolla analfabeta y padre militar español, que aprendió a leer a muy corta edad (cuentan que a los tres años) y que, según todo parece indicar, se metió a monja para poder dedicar su vida al estudio y la escritura, sin supeditaciones familiares a marido o hijos.
Este artículo de El País lo escribió Ferrán Bono con motivo de la publicación de otro libro, titulado Un amar ardiente, otra compilación de poemas, en este caso solo de poemas de sor Juana Inés de la Cruz supuestamente dedicados a su amor, la virreina de México María Luisa Gonzaga Manrique de Lara, condesa de Paredes. Esta era protectora de la monja y promotora de su obra. Esta compilación de poemas la realizó Sergio Téllez-Pon y fue publicada por la editorial Flores Raras.
Sor Juana no parece dejar indiferente a nadie. El propio Octavio Paz dijo de ella que “se hizo monja para poder pensar”.